martes, 2 de octubre de 2012

Cristina Cifuentes: ¡La calle es mía!


Todavía recordamos esa frase de Manuel Fraga, cuando era ministro de la gobernación, ministerio ahora conocido como de interior. No le gustaban las manifestaciones. Eso era antes de la Constitución de 1978. Desde entonces manifestarse es un derecho, no una concesión del gobierno de turno. El texto constitucional dice:

 "Artículo 21
1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.
2. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes."

No es la primera vez que traigo a colación este artículo, pues se ha escuchado mucho en los medios de comunicación eso de que la "manifestación no tenía autorización..." o expresiones similares que presumen la necesidad de que el poder político preste su consentimiento para que se realicen. Eso es falso. No es necesaria esa aquiescencia. 

La Delegada del Gobierno en Madrid pide ahora que se revise la ley que regula ese derecho, porque es demasiado "permisiva". Dice que hay que "modularlo", para hacerlo racionalmente. La delegada del gobierno ¿qué entiende por modular? ¿limitar? No le parece a ella racional que la gente exprese en la calle su descontento con un gobierno que está ahí porque ha ganado unas elecciones. Porque "hay grupos que tratan de conseguir en la calle lo que no han conseguido en las urnas". Exactamente lo que hicieron ellos en los 8 años de gobierno de Zapatero. Entonces sí era racional cortar las calles de Madrid cada fin de semana para protestar. 


Todo esto recuerda a la frase del fundador del PP. Cifuentes considera que la calle es suya, o a lo sumo de esos vecinos del centro y los comerciantes que están molestos con tanto manifestante parado o perroflauta, en lugar de los antiguos seminaristas, alumnos de colegio de monjas, jubilados falangistas, señoras con collares y abrigos de pieles, camisas negras, azules o pardas, obispos y otros "patriotas" (aunque alguno fuese algún "rojo despistado") que  pedían la cabeza de Zapatero cada vez que su partido los llamaba a tomar las calles. La calle sí es suya. Pues no. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Jeje! Recuerdo esa foto: en su día incendió los blogs, cuando un extraño partido heterodoxo que se dice comunista (los que publican y venden el periódico "De Verdad", cuyo contenido suele traicionar el símbolo que lleva en la portada) salió a manifestarse contra la "negociación" de Zp con la ETA, encontrándose con extraños compañeros de viaje (y hubo problemas, creo que aún se podrá encontrar un vídeo). Tiempo después, desde las páginas de su "De verdad", apoyaron a Rosa Díez (persona no muy proclive a un sistema socialista).
Perdona el off-topic Schevi, pero seguro que, tarde o temprano, alguien te iba a preguntar por la foto.
¡Saludos desde La Zamarra!

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

No tengo que perdonar nada, albokari2. Al contrario, te agradezco la aclaración sobre la imagen de las banderas. Esos de la UCE siempre han sido sospechosos y su coincidencia con la extrema derecha les hace merecedores de la más ácida crítica. Seguro que a Cifuentes sus manifestaciones no les molestan.
Saludos.

Fernando Nora dijo...

Carta abierta a Doña Cristina Cifuentes

(Delegada del gobierno en la Comunidad Autónoma de Madrid)

Estimada Señora:

Quiero aprovechar este medio para comunicarle mi más firme adhesión a sus palabras acerca de la necesidad de “modular” el derecho de “manifestación”.

En efecto, es necesario modularlo y para ello nadie más indicado que las gentes de su partido, que en ello tienen generaciones de
experiencia.

Empezaron modulando el derecho a vivir desde el preciso momento en que se sublevaron en 1936, para a continuación modular el derecho a leer, el derecho a escribir, el derecho a pensar, el derecho a hablar y ya puestos, en un alarde de inspiración moduladora, el derecho a trabajar y el derecho a comer que negaron a los familiares de las victimas de su criminal levantamiento.

Ahora quieren ustedes modular el derecho de “manifestación” y le repito estimada señora: No puedo estar más de acuerdo con usted en que, en efecto, es una necesidad imperiosa modularlo.

Aunque me parece que no estamos hablando los dos del mismo tipo de “manifestación”.

Cuando usted habla de modular el derecho de manifestación se refiere a recortar un derecho básico adquirido por el pueblo español después de 40 años de dictadura de los suyos. Yo por el contrario me refiero a que cuando un servidor público manifiesta su falta de respeto por las libertades individuales y colectivas debe ser cesado fulminantemente e inhabilitado para ocupar un cargo público por el resto de su vida.

Sin embargo mucho me temo que puede usted estar tranquila, esto es solamente una opinión manifestada por un particular y si algo caracteriza a sus amos es que siempre han premiado el fiel comportamiento de aquellos que, como usted, se encargan de morder en su nombre y modular a base de golpes la manifestación, por parte del pueblo, de los derechos democráticos.

Si me permite terminaré con unas muy sabias palabras que siempre me han guiado y que me gustaría le sirvieran de inspiración antes de abrir la boca en el futuro: “No estoy de acuerdo con usted, pero estoy dispuesto a dar mi vida para que pueda seguir defendiendo sus ideas” (Voltaire). Y ya puestos, manifestarlas, aunque sea sin modulación ni respeto ninguno por aquellos a quienes debería servir, que somos quienes pagamos su sueldo.

Sin otro asunto de momento quisiera aprovechar la ocasión para expresarle mis más sinceros respetos.

Fernando Nora.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

¿Dónde se firma la carta, Fernando? La suscribo plenamente.

Saludos.