martes, 1 de enero de 2013

Año nuevo, empezamos.


El mundo se despereza lentamente, tras la madrugada, que, para algunos, se ha prolongado hasta horas no habituales. La nochevieja fue como el año que dejamos atrás, recortada, austera. No se pueden quejar quienes piensan que los españoles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Las televisiones tiraron de plantilla para retransmitir las campanadas que anunciaban el nuevo año y para realizar sus espectáculos. Para eso ya cobran de las respectivas. Las fiestas incluso redujeron su alocada presencia, aumentando las reuniones hogareñas en torno a los productos del supermercado. La falta de dinero y el temor por lo ocurrido en el Madrid Arena frenaron estos fastos.


Hasta la lluvia no se quiso perder la jornada de transición entre 2012 y 2013. No sé si los hombres o los astros nos depararán mejores tiempos. Por si acaso, yo también me he divertido un rato. No me he podido resistir a la canción y el baile de moda. Si hasta el secretario general de la ONU ha bailado el gangnam style con el paisano coreano ¿por qué iba a ser yo menos? Id a la foto y pinchad en ella. Veréis cómo bailamos. 


Hoy prolongamos la diversión, que nos quedan 364 días más para otras cosas.

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