Ayer falleció Manuel Fernández Cano, Manolín. Era uno de los hijos del antiguo jefe de telégrafos, cuando la oficina estaba junto al antiguo ayuntamiento. Junto a su hermano Pepín estuvo en la Banda Municipal de Música, ejercitando su pasión por este arte, que cultivó hasta hace poco tiempo. Por esa pasión formó parte de diversos grupos. En Los Munsters, emblemático grupo pop palmeño de los sesenta y setenta, estuvo de vocalista. Perteneció también a Azahares, cuya voz daba seña de identidad a la formación. Y, como uno de sus miembros, recibió la medalla de la ciudad, con esa eterna sonrisa que le adornaba siempre el rostro.
Manolín trabajó en Telefónica y luego de auxiliar administrativo en el ayuntamiento. Eso no le impidió disfrutar de sus aficiones (también era radioaficionado), como cuando ayudó, como locutor, a poner en marcha Radio Palma. Estaba casado con Paqui Ruiz, con la que estuve en Vientos del Pueblo, y tuvo una hija, Azucena, también muy inquieta en actividades culturales.
Hace años se jubiló anticipadamente. Algo que le iba a permitir dedicarse a lo que más le gustaba. Me lo encontraba mucho departiendo con amigos en el bar Zúñiga. Un día no me reconoció al saludarle. Ya había empezado su mal: tenía alzheimer. Paquí se desvivió hasta el último minuto para que tuviese la mejor atención. Esta enfermedad quienes peor la sufren son los familiares. Ya el tiempo de luchar se acabó. Azahares no volverá a ser lo que fue, sin la voz de Manolín. Pero quienes sí conservamos la memoria no olvidaremos su calidez, su calidad, su sonrisa; su perenne alegría. No puedo estar cerca de su familia y amigos en su funeral. Pero mando un emocionado abrazo a Paqui y a Azucena. Cuando un amigo se va te dan un bocado que no se puede llenar. En nuestros corazones, Manolín sin embargo sigue cantando.
1 comentario:
Fue un gran amigo y compañero, me daba sabios consejos desde mi niñez y pude tener la suerte de cantar con el. Un abrazo para Paqui y Azucena y todo el resto de la familia.
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