lunes, 9 de marzo de 2009

La velocidad y el tocino

Ayer fue el Día Internacional de la Mujer (antes, día de la mujer trabajadora). Una festividad, celebración, conmemoración que, a fuerza de manosearse, está siendo integrada como una fiesta más, enlatada en el calendario de "fiestas de guardar" (como mandan la santa madre iglesia...y otras instituciones más). No quería comentarlo, por ello. Pero, oyendo ayer la radio, me chirriaron los oídos. En Córdoba, en una de las concentraciones que se produjeron, la Directora del Instituto Andaluz de la Mujer declaró algo de lo que hoy se hace eco la prensa:

Soledad Pérez, que participó en una concentración en el Bulevar convocada por el Colectivo de Jóvenas Feministas y por la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres, señaló que "hay espacios donde todavía hay mucho que hacer" para que las mujeres estén más representadas. Apuntó, por ejemplo, que las cineastas solo son un 9% de ese colectivo; que en el mundo universitario solo hay una rectora en Andalucía; que el mundo de la empresa "todavía es hostil", y que "en el mundo de la economía, ni siquiera estamos". "No hay mujeres en el sistema financiero, y tal vez --apuntó la directora del IAM-- parte de la crisis haya sido motivada por eso".


¿Parte, o sea, una de las causas de la crisis?. Me paré en lo que estaba haciendo, perplejo al oír estas palabras. Tenemos crisis económica, entre otras cosas, porque no hay mujeres al frente de bancos y cajas de ahorro. ¡Toma ya!. Miles de sesudos análisis de prestigiosos economistas y comentaristas políticos, debates parlamentarios por doquier, cumbres del más alto nivel para acordar medidas conjuntas con las que hacer frente al colapso económico...y resulta que el problema estaba en que no hay en España mujeres dirigiendo bancos. Y yo que me estaba creyendo que la culpa era de ZP, de tanto machacarlo en los medios los portavoces del PP. Estas palabras han movido a algún medio a afirmar que la Junta de Andalucía vincula la crisis a la falta de mujeres en los bancos.


Bromas aparte, una cosa es que todos pongamos nuestro granito de arena para resolver un problema con consecuencias tan graves, como el que estamos viviendo, originado por las famosas hipotecas basura en Estados Unidos, incluso pensando que el papel de la mujer puede ser decisivo a la hora de resolverlo, y otra muy distinta creer que el origen del problema sea la subrepresentación de un sector de población importante en el mundo financiero. Por el mismo razonamiento, podríamos concluir que, a sensu contrario, la causa de los multimillonarios beneficios obtenidos hasta ahora (o incluso ahora, aunque menores) por bancos y cajas ha sido consecuencia de la marginación ancestral de las mujeres en puestos directivos en el sector financiero.

Algunos gestos que pretenden destacar el papel de la mujer en nuestra sociedad y reivindicar su protagonismo, terminan, si no se hacen con el suficiente rigor, ridiculizando y, por tanto, rebajando aún más su dignidad. No mezclemos la velocidad y el tocino, por favor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es verdad, Schevi; no me había percatado la desconsideración del trabajo en el Día Internacional de la Mujer. No me gusta el simple cambio, así creo que va a peor.

Goyo
09-mar-09

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

El día internacional de la mujer trabajadora nace porque unas mujeres murieron calcinadas en una fábrica, al no querer abandonar un encierro exigiendo igualdad laboral. Es por tanto una reivindicación de derechos laborales. La extensión a las reivindicaciones de las mujeres en general es posterior y yo creo que desvirtúa su sentido. Por desgracia se está trivializando el motivo y se está convirtiendo en fiesta, en muchos casos. No me extrañaría que pronto la Iglesia se saque de la manga una "santa" para este día, como hicieron con el 1 de Mayo, con San José Obrero (que ironía, un empresario del sector de la madera, propietario de su taller, convertido en "obrero") para quitarle el matiz político a la fecha. Un saludo amigo Goyo.