lunes, 3 de diciembre de 2012

Reyes magos andaluces


Me anuncia LUI en su último comentario una novedad más para estas navidades. El Papa, en ese libro que está haciendo furor en las librerías, hasta convertirse en un "best seller", sobre "La infancia de Jesús", ha desvelado el origen de los Reyes Magos. Y también nos cambia la imagen que teníamos de ellos, desde aquel siglo remoto en que a San Francisco de Asís se le ocurrió montar el primer "Belén" de la Historia. ¿Qué es lo que ha descubierto el doctísimo intelectual de prestigio (como lo llaman algunos), experto en teología de los Magos? Pues que no eran de Oriente, sino de todo lo contrario, de Occidente. Más concretamente de estas antiguas tierras que pisamos los andaluces. ¡Toma ya! El libro de Ratzinger dice textualmente: 

"Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno, así también ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los hombres sabios de Oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado en el pesebre los camellos y los dromedarios".

"La promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis, Tartessos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa".

Esta vez no desahucia a los Magos de la escena del portal, como sí hizo con la mula y el buey. Esta vez les "indulta", así que podremos colocarlos sin temor en los "pesebres". Pero les cambia la procedencia que hasta ahora creíamos incuestionable. Sí, señoras y señores. Los Reyes Magos no eran de Oriente, sino de Andalucía. Va a resultar que no se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar, sino Gárgoris, Habidis y Gerión. Y que no llevaron los presentes tradicionales, el oro, el incienso y la mirra (pero, ¿alguien sabe qué es la mirra?), sino típicos productos andaluces: el jamón de Jabugo, el aceite de oliva de Jaén y el Flamenco. ¡Ole! Ya podemos pelearnos con los alemanes para reivindicar su sepultura. No estará en la catedral de Colonia, sino en las marismas de Doñana, o junto a la Giralda de Sevilla.

Bromas aparte, me escama esta afirmación en un sesudo estudioso como Ratzinger. Situar la procedencia de  estos hombres en Tarsis, la antigua Tartessos no puede ser otra cosa que un error de apreciación histórica. En la época en que nace Jesús, en pleno apogeo del Imperio Romano, Tartessos ya no existía. Los romanos habían ocupado el territorio hispano, creando en ese lugar la Provincia de la Bética. El reino tartésico había sido derrotado posiblemente por los cartagineses, con lo que los romanos pudieron asimilar a sus habitantes sin dificultad. Difícilmente, por tanto, podrían ser reyes de Tarsis los que fuesen a adorar al "niño dios". Pero, bueno, este Papa sigue queriendo estar en el candelero, y como todavía no ha empezado a twittear, algo tiene que decir. No seré yo quien haga leña del árbol caído. Así que, ya que los Reyes Magos son de la tierra, celebrémoslo con una copita de vino, un poco de pata negra y al son de la guitarra. ¡Va por ustedes!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ANDA ANDA, QUE ER ARTURO MAS DE LOS CULLONES TIENE QUE ESTAR BUENO, ANTES QUE SI COLON SALIÓ DE BARCELONA, AHORA DICEN QUE LOS REYES TAMBIEN SON ANDALUCES Y ME DICEN POR LO BAJINI QUE LA BIRGEN DE MONTSERRAT ES DE TRIANA.
PA MORIRSE DE RISA, AY ER PAPA QUE OCURRENCIAS TIENE

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Desde luego, qué ocurrencias tiene el Papa. Habrá conseguido que los soberanistas catalanes se estén tirando de los pelos, menos Duran i Lleida, claro. Ahora va a resultar que la nación andaluza no es solo más antigua que la catalana, sino que tenga raíces en la llamada Historia sagrada. Tiene guasa la cosa. El Papa se está cubriendo de gloria con su libro.