Ayer dio comienzo la Feria de Teatro en el Sur de Palma del Río, un evento que lleva ya 31 años celebrándose. Una cita cultural consagrada y con renombre en Andalucía y España.
Este año tengo menos tiempo para acudir a los espacios donde se desarrollarán los 29 espectáculos que componen la cita, así que también serán menos las crónicas de los que haya podido presenciar. Ayer pudimos asistir al Teatro Coliseo, para ver la obra "La Estrella de Sevilla", obra que se atribuye a Lope de Vega, aunque existan dudas en su autoría. La compañía encargada de su representación fue Teatro Clásico de Sevilla, dirigida por un viejo conocido en la Feria teatral, Alfonso Zurro. Una garantía, como se demostró durante su desarrollo en escena.
"La Estrella de Sevilla se sitúa en el siglo XIII. El Rey Sancho el Bravo llega por primera vez a esta ciudad y queda prendado por la belleza de Estrella Tavera. La desea y todo su fin es conseguirla cuanto antes pasando por encima de quien se tercie", nos dicen en el programa. La obra trata de los abusos de los poderosos, que no se detienen con nada para conseguir sus deseos, corrompiendo o aplastando tanto a vasallos como al pueblo, para ello. Algo de actualidad, tanto ahora como cuando se escribió el texto, de ahí que se haya convertido en un clásico. Por eso es fácil identificar la acción, e identificarse con las víctimas de las maquinaciones del rey y sus ayudantes.
La escenografía era muy sencilla, pues solo aparecía un tablado donde deambulaban los actores y actrices, en el que iban colocando barras, que lo mismo representaban lanzas guerreras, que estandartes, que barrotes de la cárcel, que muros, puertas y otros elementos, delimitando los espacios de forma simple pero efectiva. El vestuario, más cercano al Siglo de Oro que al siglo XIII, donde se desenvolvía la historia, estaba muy bien conseguido. La interpretación actoral, impecable.
Este tipo de obras, de teatro clásico, forma parte de una demanda reiterada de parte del público palmeño, que quiere obras no solo de tipo contemporáneo o más vanguardistas, como las que nos tienen acostumbrados las compañías andaluzas actuales. No obstante el Teatro no se llenó, tal vez porque fuese el primer día del festival. Gustó al público asistente, a pesar de la dificultad de un texto en verso, que, sin embargo, fue asequible, algo que se facilitó con el ritmo de la representación, nada pesada, con escenas cortas y con una interpretación muy correcta por parte del elenco. La dirección de este experto en teatro clásico se notó con creces. En fin, que a pesar del temor a un tipo de obras así, el resultado fue estupendo, ganándose al público, que premió a la compañía con su aplauso, puesto en pie. Empezaron bien estas jornadas, en las que una vez más nos mostrarán lo mejor del teatro que se está haciendo en Andalucía.
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