domingo, 13 de abril de 2014

El Cristo del pavo


No es que vaya a hablar de una nueva Hermandad o Cofradía que se haya creado. Ni que alguno de los cofrades de las actuales sea apodado de esa manera, que puede que así ocurra en realidad con alguno de sus miembros. Voy a recuperar una imagen del archivo de mi suegro, Miguel Santos, que viene a cuento de la Semana Santa, que ahora empieza. 

Miguel Santos, segundo por la izquierda, de pie

Miguel Santos fue miembro de la Hermandad del Cristo de la Expiración. La fotografía anterior, extraída de la web de esta hermandad, da fe de su pertenencia. Ya he publicado otros trabajos de su época de fotógrafo, donde se retratan aspectos de las procesiones de esta hermandad. 

Salida de la parroquia de la Asunción

Recordemos, por ejemplo, esa magnífica instantánea en la Calle Ancha que ya comenté hace meses, por recordarnos edificios de gran belleza que ya no existen en ese centro neurálgico del casco urbano palmeño. Hoy publicamos algunas más. 

Por calle Ancha, cerca de la ermita del Buen Suceso

Ahora bien, si algo me llamó la atención de una de ellas, es el nombre al que me refería al principio. Así es como llaman en la familia de mi suegro la fotografía que encabeza esta entrada: el Cristo del pavo. Me han contado varias veces su existencia, hasta que un día apareció una copia. La que ellos tenían enmarcada estaba retocada, a la vieja usanza, como hacía Miguel con su vieja ampliadora, colocando la mano entre la lente y el papel fotográfico, para impedir que se impresionaran las imágenes que no deseaba reproducir. Así eliminó los cables del tendido eléctrico que en esta copia sí hemos respetado. Hemos preferido reproducir el original momento impresionado en el carrete, con todos sus detalles, hasta los bordes de la cartulina recortados como se hacía entonces.

El pavo, por la ventana

La imagen corresponde a una procesión donde el Cristo de esta Hermandad, pasa por una calle. Solo vemos su figura y algunos recipientes con flores. Es una foto de principios de los años 60 del siglo pasado, pues la escultura actual fue ejecutada en esas fechas, sustituyendo a la que vemos en la imagen, de otro estilo. Lo llamativo es que en una ventana del edificio que hay atrás se ve asomarse a un pavo, un ave que tendría su corral en una cámara de la vieja casa, cuya situación en el callejero de Palma del Río, desconocemos. No era nada raro que se cuidasen aves de corral y otros animales domésticos en casas del casco urbano en aquellos tiempos. Lo interesante es que el animal debía vivir en la parte alta de la casa. Y, seguramente asustado por el sonido de tambores y cornetas, salió a la ventana, colando entre las rejas su cabeza, para ver qué pasaba. La curiosidad del animal dio la nota simpática a la foto. Y desde entonces, la imagen procesional quedó asociada al ave. En mi familia política, por supuesto.

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