A las diez de la noche se encenderá el alumbrado de feria, como es tradicional, dando inicio oficial a los festejos de mayo. Unas fiestas que surgieron en el siglo XIX, para no perder la oportunidad de seguir comerciando con el ganado, gracias a la epidemia de cólera asiática, que impidió en 1885 realizar la feria original, la de origen medieval. Una feria que se realiza en torno al veinte de mayo y que, en otros tiempos era referente para el sector agrario y ganadero de la zona, como vemos en la publicidad que se insertaba en publicaciones, como esta de 1936.
Digo inicio oficial, pues desde hace algunos años, hay quien da comienzo a la feria el mismo jueves del encendido, pero por la tarde. Me refiero a los estudiantes de ESO y bachillerato, que suelen acabar las clases e irse al recinto, concretamente al Jardín Reina Victoria, a practicar el "deporte favorito" de cualquier fin de semana: el botellón. Además, este año, al traer novedades, ha impulsado a otros colectivos, que habitualmente empezaban realmente su feria el viernes a medio día, yéndose a comer a la feria, tras la jornada laboral, a salir la tarde del jueves. Son empleados y dueños de empresas, maestros, bancarios, etc. que hoy ya han empezado a entrar en las casetas y los aguaúchos del Paseo, sin esperar el pistoletazo de salida.
La novedad que les ha movido, y que rompe una tradición de muchos años, ha sido el trasladar la fiesta local, que tradicionalmente se colocaba el lunes siguiente a la feria, al viernes, a mañana. Era un "lunes de resaca", como se le conoce en otras zonas, donde el personal descansaba de los días de fiesta, y los encargados de trabajar en la feria aprovechaban para el desmontaje. El comercio local también se beneficiaba de este día con un día de descanso, pues pocos eran los que estaban dispuestos a gastar, tras los extraordinarios dispendios de los días festivos anteriores. Además el viernes y el sábado, al ser laborables, permitían que se realizasen las compras necesarias, tanto para la casa, como las de última hora para el mismo ocio festivo.
El Pleno del ayuntamiento palmeño acordó el año pasado, con los votos favorables del PSOE, PP y PA, y las abstenciones de IU, cambiar la fiesta local al viernes 16 de mayo. Y ha surgido cierto descontento, sobre todo en el ámbito empresarial, comercial y hostelero, según ha llegado a mis oídos. Incluso la asociación de empresarios local ha lanzado un comunicado aclarando su no participación en la decisión del cambio. Siempre he sido partidario de cambiar lo que no está bien y de no cambiar lo que funciona. La feria de mayo no se ve afectada por cierta crisis, como sí la de agosto, en plena temporada estival. Sus motivos tendrá el ayuntamiento para haber hecho el cambio. El que el fin de semana más próximo al día 20 haga que se adelante la feria ya provocaba cierto desconcierto. El resultado del otro cambio, el de la fiesta local, está todavía por verse. Espero que sea para bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario