viernes, 2 de mayo de 2014

La foto del viernes: Dani Alves se come el plátano que le arrojaron


El fútbol es un deporte muy competitivo, eso hace que quienes quieran "emociones fuertes" tengan pasión por este juego, tanto para practicarlo, como para disfrutar presenciándolo. Algunos cultivan esas "emociones" llegando a la violencia. El problema de los grupos violentos, los conocidos "ultras", que además de pasión por fútbol destilan ideología, sobre todo de extrema derecha, violencia, racismo, militarismo, bajas pasiones, es algo que ya nos es familiar. Casi todos (por no decir todos) los clubes de fútbol, sean de la categoría que sean, tienen bandas de seguidores que presentan una estética ultra, y sirven para calentar el ambiente en los encuentros con sus cantos, banderas y algunas veces expresiones violentas. Desde hace algún tiempo los mismos clubes y sus dirigentes han dejado de mimar abiertamente a sus respectivos grupos de "hooligans", debido a hechos delictivos graves perpetrados por algunos miembros de estas bandas. Esto no significa que no sigan existiendo, pues se les sigue viendo en los campos y en las calles, además de contar con el ambiente favorable a las ideologías de extrema derecha que se están propagando por Europa gracias a la crisis y sus consecuencias. Así los comportamientos ultras siguen viéndose en los campos, como esta pasada jornada, cuando un aficionado del Villareal le tiró un plátano al jugador del Barcelona, Daniel Alves. Éste es brasileño de raza negra, y para algunos de esos racistas violentos es algo comparado a un mono, por eso lo de plátano, algo que se ha repetido en otros momentos con otros jugadores. El barcelonista dio una lección al ultra que le tiró la fruta, cogiéndola del suelo y comiéndola inmediatamente. Un gesto que ha servido para que muchas personas se hayan solidarizado con el jugador del Barça, comiéndose un plátano en televisión, en vídeos colgados de internet y en fotografías publicadas. Una buena lección para esto ultras que tan importantes se creen, soberbios por considerarse superiores a los demás. Porque TODOS, incluso ellos, aunque no les guste y se crean mitos trasnochados, somos descendientes de esos simios que tanto desprecian. Que se coman su  plátano.

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