viernes, 12 de septiembre de 2014

La foto del viernes: sobredosis de Photoshop


El elixir de la vida era un bebedizo que prolongaba la juventud, según antiguas leyendas orientales. Quienes pretendían la vida eterna lo buscaban con ansia, algunas veces desmedida. En nuestra sociedad, donde lo joven, lo moderno, parecen objetivos incuestionables en todos los ámbitos, convirtiéndose en obsesión permanente (azuzada por los medios de comunicación y la moda) esa búsqueda de un remedio artificial con el que prolongar la edad dorada de la vida, y la vida misma, está presente también como en las viejas leyendas. El auge de la cirugía estética y de productos cosméticos y alimenticios que prometen regenerar nuestros cuerpos como si el tiempo fuese hacia atrás, o que detienen aparentemente el envejecimiento (como la famosa toxina botulínica), son una muestra del ancestral deseo de vencer a la muerte. Pero no solo usamos de estos supuestos remedios. Cuando nuestra imagen se resiente con el paso del tiempo, a pesar de todos los esfuerzos y cuando fallan los brebajes "mágicos", y tienen que venderla ante quienes no están presentes para comprobar la triste realidad, los que no se conforman con ésta hacen uso de trucos. La informática nos ofrece aplicaciones con las que retocar las fotografías, haciendo de carnes fofas, cuerpos esbeltos; de rostros arrugados, pieles tersas y brillantes; convirtiendo a la fea en guapa y al viejo en joven. Eso es lo que hemos visto en cierta portada de un medio de comunicación, donde sexagenarias protagonistas habituales de los cotilleos de sociedad, nos sonríen con rediviva juventud y lozanía propia de los veinte años. Eso sí, con tal derroche de artificio, que han convertido lo bello en ridículo. El elixir de la eterna juventud es un mito. Y el Photoshop no hace milagros. Hay quien no se da cuenta de la decadencia de determinada casta social. Patético.

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