Existe una figura jurídica en el Derecho Romano que se denomina "Insula in flumine nata". Hace referencia a la propiedad de unos terrenos que se adquiere por los propietarios ribereños sobre una isla que se forme en el interior de un río. Unos islotes o islas que frecuentemente se forman como consecuencia de los sedimentos de los materiales que transportan las aguas. Actualmente no hay problemas pues los ríos son de dominio público, pero en tiempos de los romanos se daban numerosos conflictos sobre la propiedad de las tierras emergidas de sus aguas.
Una isla así, famosa desde hace siglos es la Isla de los Faisanes. Esta isla se encuentra en el río Bidasoa, cerca de su desembocadura. Hace dos años, cuando visitamos Francia, desde el País Vasco, pasamos por la frontera entra Irún y Hendaya. La carretera transcurre paralela al río Bidasoa, y desde el coche pudimos ver la Isla de los Faisanes. Ésta es un islote fluvial, fruto de un banco de arena reforzado artificialmente, que tiene la particularidad de pertenecer a España y Francia. Los dos países se reparten su soberanía durante seis meses cada año. En esta isla han tenido lugar acontecimientos importantes, como la firma del Tratado de los Pirineos, que puso fin a un conflicto entre los dos países durante la Guerra de los Treinta Años. Como consecuencia, Luis XIV se casó con la infanta María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, cosa que ocurrió, como conté en mi entrada anterior, en San Juan de Luz, aunque algunos, erróneamente sitúan el enlace en esta isla. Un monolito recuerda los diversos hechos ocurridos allí.
Lo de la "co-soberanía" semestral nos lo contaron al pasar por allí. Algo curioso, pues denota unas buenas relaciones entre Francia y España, por esta colaboración que se mantiene durante siglos. Además de que podemos decir que, durante seis meses, nuestro territorio nacional se ve mermado, acrecentándose posteriormente. Y, con ello, no pasa nada. Para que tomen ejemplo en otros países, como el caso de Ucrania.
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