El día más triste del año

Los anglosajones son muy dados a hacer estudios sobre cualquier cosa y sacar conclusiones que nos aplican con carácter general. Según he escuchado y leído, hoy es el día más triste del año. Parece que una Universidad ha buscado una fórmula matemática con la que llegar a esa conclusión. Reforzada con argumentos como que es lunes (vaya novedad, cada semana del año tiene un lunes), generalmente hace mal tiempo (es enero, invierno; eso sí, en el hemisferio norte, pues en el sur se lo estarán pasando pipa en la playa), queda poco, pero todavía nos has cobrado la nómina (para el que la tenga, porque para los millones de parados españoles casi todos los días son los más tristes del año) y encima casi seguro que no has empezado con los buenos propósitos para año nuevo que te hiciste tomando las uvas (bueno, los que se las tomaron, porque yo no me las tomo nunca y muchos andaluces se quedaron con las ganas por el famoso incidente publicitario de Canal Sur). El Blue Monday, como lo llaman, llevan 10 años "celebrándolo" (¿se puede celebrar la tristeza? ¡estos americanos!) y, como no, también se ha extendido en nuestro país, como otras "fiestas angloparlantes". 

Pues bueno, yo el día no lo he pasado con tristeza. Como el tipo de la imagen del principio, creo que hay motivos para alegrarse cualquier día, a pesar de las circunstancias. Da igual ser guapo o feo, siempre hay un motivo para la alegría. No me va a amargar la vida que no haya cobrado la nómina, pues sé que no va a llegar. El frío no me ha impedido un paseo por la tarde, antes de volver al estudio de las oposiciones. No me va a quitar el sueño si Susana Díaz va a convocar elecciones anticipadas en Andalucía (aunque a ella parece que sí le provoque pesadillas coger la baja por maternidad y que sea Valderas el que le sustituya en la presidencia de la Junta). Y como no me he hecho propósitos de cambiar nada en año nuevo, no se me va a frustrar ningún objetivo difícil de lograr, lo mejor es que me tome la vida con filosofía y buen humor. Así que mejor un bailecito, como el de las chicas éstas y ¡a vivir que son dos días! Que la tristeza se la queden otros.