Desde el atentado de ayer contra la revista Charlie Hebdo, en Francia, parece que la locura ha inundado nuestras vidas. Al asesinato brutal por motivos religiosos siguió hoy otro donde una policía ha muerto, tras un accidente de tráfico asesinada por un individuo también relacionado con los yihadistas. El actor "castrista" Willy Toledo justifica los atentados y encima nos dice que el vídeo donde se ve rematar a un policía es un montaje. Un paquete (caja de zapatos) en una estación de Madrid hoy ha provocado la psicosis y que se cerrara durante unas horas, hasta comprobar que era una falsa alarma. Ayer mismo, en España, varios medios de comunicación (Libertad Digital, 20 minutos y El País) recibieron amenazas de bomba, y hoy han detenido al autor: un personaje que ya ha dado más de un espectáculo en televisiones, interrumpiendo las emisiones, y que había sido detenido y puesto en tratamiento psiquiátrico. Fue el mismo que se presentó desnudo en septiembre de 2013, cuando la reina Sofía fue a visitar a Juan Carlos, tras una de sus múltiples operaciones. Lo dicho, la locura, el pánico y la emulación estallan tras el atentado. Es otra forma de conseguir sus objetivos de la que disponen los terroristas, para cercenar la libertad.
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