Ya hace 11 años de aquel brutal atentado (o cadena de atentados) del 11 de marzo de 2004. Mucho manipuló la derecha, que perdió las elecciones posteriores, aquel caso, entonces y posteriormente, para que la gente creyera que había sido obra de ETA, porque si se enteraba de que habían sido islamistas, lo relacionaría con la guerra de Irak en que nos había metido Aznar, con la opinión pública en contra. De ahí que la movilización de la gente, exigiendo que le dijeran la verdad y no los embustes y las medias verdades del Ministro del Interior, Ángel Acebes, fuese determinante en la derrota de Rajoy, el sucesor de Aznar. Esas movilizaciones fueron posibles porque las convocatorias se extendiesen gracias a los mensajes de correo electrónico y, fundamentalmente, de teléfono móvil (los sms). Algo que sirvió para que los perdedores acusaran al PSOE de organizar las manifestaciones de forma deliberada.
Pero no solo fueron los oponentes del PP (luego tuvo muchos "padres" esa movilización: el 15M, el PSOE, IU, Podemos...) los que usaron las nuevas tecnologías para movilizar a sus miembros aquellos días. Gracias a un libro de José Bono hemos sabido que otros también se movieron, esta vez, para apoyar al PP. El cardenal Rouco Varela, uno de los eclesiásticos más beligerante contra la izquierda (hasta ha organizado y participado en manifestaciones contra medidas del gobierno del PSOE), también echó mano del móvil para enviar sms pidiendo que sus conocidos fuesen a votar al PP, durante la jornada de reflexión. El mensaje era: "Todos a votar. Perdemos. Pásalo". Entendió, se ve, el mensaje de Acebes y otros propagandistas de que estaba todo perdido si se sabía la verdad, así que decidió movilizar a los votantes de la derecha (con la que se identificaba obviamente: "Perdemos").
Rouco también "hizo campaña" durante la jornada de reflexión, según se desprende del libro de Bono. No fue solo el "comando Rubalcaba", como decía la derecha. No se movió un ápice para denunciar las mentiras que pretendían culpar a los etarras de aquellas muertes, a pesar de que ahora sus seguidores nos recuerden un día sí y otro también lo crueles que son esos que cortan las cabezas de los cristianos, violan a las mujeres no sumisas o destrozan yacimientos arqueológicos (barbaridades absolutamente condenables, por supuesto). Tampoco se movió nada en defensa de las víctimas (cómo sí lo hace en favor de los fetos), cuando la derecha mediática atacó con saña a la presidenta de la Asociación de Víctimas del 11M. Para Rouco, según se ve en su mensaje de móvil, había otras cosas más importantes.
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