"Que hay dos barcas pertenecientes a el (sic) Conde de esta villa, una sobre el río Guadalquivir con un barco anejo a ella propia del Conde de esta villa y sirve para el paso de las personas, caballerías y carruajes que transitan por este término, forasteros y de esta población; produce a dicho su dueño en administración, como la tiene, 2785 reales de vellón, hecha la regulación por un quinquenio.
La otra está sobre el río Genil y solo sirve para el pasaje de las personas, caballerías mayores y menores, y bajo la misma regulación produce a dicho su dueño anualmente 2200 reales de vellón."
(Respuesta a la pregunta 29 en el Catastro del Marqués de Ensenada, sobre Palma del Río. 1754)
El Camino de la Barca lo encontramos paralelo a la Avenida de María Auxiliadora con entrada por la calle Vado Viejo y salida conectando con la avenida nombrada, tras el chalé de Antonio G. Chaves. Discurre en el límite de la terraza natural bordeándola. Es paso corriente de viandantes, paseantes, y otras personas que lo emplean para su ejercicio, aunque es practicable también en vehículo. Alguien lo ha señalizado a la entrada sobre una de las naves que allí hay.
El camino da entrada se bifurca, antes de su salida al norte, con un ramal que nos lleva a las huertas de la Ribera, el Corvo, las Delicias, El Higueral... zonas de naranjos. Se le llamará así por ser vía de acceso a esa barca de las que nos habla el Catastro, propiedad del Conde, que servía para cruzar el río Guadalquivir, antes del siglo XIX, cuando se levantaron los puentes. También hay otro cartel con el nombre en la parte que va al Corvo, porque puede que hubiese otra barca que cruzase el río por esa zona.
Una barca también hubo a principio de los años setenta del siglo pasado, cuando una reparación del tablero del Puente de Hierro hizo necesario usar un medio así para cruzar de nuevo el gran río.
Otra barca nos habla el Catastro sobre el Genil. Se refería a la que hubo antes de construir el puente actual que nos une con la carretera a La Campana, el Puente de la Alegría. Puente del siglo XX, que también necesitó reparaciones varias, tras la Guerra Civil, y posteriormente por su sustitución del tablero, cuando se quiso emplear de nuevo una barca, aunque se desechara la idea por las críticas. La primitiva barca era de menos uso, según el Catastro, pues la empleaban los hortelanos.
Como empleaban otra barca también los hortelanos del pago de La Barqueta, que recorrían el camino de dicho nombre hasta el Genil, para cruzar el río y desplazarse a esas huertas. Como ya conté un día, mi madre vivió en La Barqueta y usó la barca, que daba nombre al pago, más de una vez. Nos llevó de niños a verla, cuando ya no se usaba, pues estaba arreglado el camino que conecta por la carretera de la Huertas (ahora llamada Los naranjales) y había mejores medios de transporte.
Hace días intenté llegar al río por el camino de la Barqueta, como fui por última vez hace casi cuarenta años, pero el paso está cortado, por escombros y maleza, para impedir que la gente se tope con las colmenas que hay allí instaladas. Un paseo, no obstante, bonito y entrañable. El de las diferentes situaciones de las barcas que un día hubo en Palma.
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