miércoles, 21 de diciembre de 2011

Celia Villalobos la lía en el Congreso


Cuando era joven, en los años de la Transición, había en mi pueblo un policía municipal al que apodábamos "sargento Rosilla". No sé si era el jefe, pero hacía uso frecuente de su autoridad con los ciudadanos. Una vez, unos amigos salimos de mi casa de estudiar juntos o de hacer un trabajo en grupo para el instituto. Como ya tendríamos fama de revoltosos, políticamente hablando, al encontrarnos con una patrulla, nos pararon y a uno de nosotros le pidió este hombre que le enseñara lo que llevaba en la mochila. Mi amigo sacó un cuaderno con ejercicios y el municipal dijo "Matemáticas, una cosa muy interesante, y difícil". Le aclaramos que veníamos de hacer los deberes. Y siguieron su ronda, saludándonos al estilo castrense, algo sorprendidos. Seguramente buscarían propaganda subversiva, como se decía entonces. Pero se llevaron un buen chasco. Nosotros nos alejamos riéndonos de las situación y su resultado.


Eso parece que le pasó a Celia Villalobos el lunes pasado, cuando exigió a unos fotógrafos que le enseñaran lo que habían fotografiado. Seguramente quería evitar que alguien hubiese recogido con sus cámaras el listado de posibles ministros del gobierno de Rajoy. O tal vez que encontraran, por fin, las medidas reales que piensa aplicar el nuevo presidente del gobierno del PP, y que guardó celosamente entre tanto tópico, floritura retórica y regalos fiscales, en su discurso de investidura. Lo cierto es que ejerció de censora, o espía, envalentonada en su carguito de vicepresidenta del congreso, y se llevó otro buen chasco, como le pasó a nuestro "sargento Rosilla". Así se las gasta la señora del áulico asesor presidencial pepero, Pedro Arriola, el que se encargó de que se hablase de ETA y no de los "moritos", tras aquel fatídico 11M de 2004, para no perder las elecciones.


Otra cosa es que el espionaje lo practican otros, al parecer, pues el diario El Mundo ha publicado hoy en portada una fotografía, captada el martes, del móvil de Rubalcaba, donde se ve un mensaje en el que alguien le comunica que Gallardón será ministro de Defensa. No solo los papeles "secretos" de Rajoy tienen interés. Seguramente buscaban al autor del manifiesto que han publicado algunos cargos del PSOE, y algunos ministros y ministras cesantes, y que todos consideran una puñalada trapera al candidato del partido en las pasadas elecciones del 20N, por la forma y por el fondo. Como el navajeo parece que va a ser la tónica dominante, cualquier gesto se considera ya una acto de guerra interna. Seguro que esperaban ver algún mensaje de Zapatero, donde se burlara de su sucesor en la carrera presidencial y en apoyo a su "niña", Carmen Chacón, y se encontraron con Gallardón. Es que espiar te puede dar sorpresas, como la que se llevó la patrulla de la policía municipal de la historia del principio. Así que no nos extrañe ver más veces a Celia haciendo de "sargenta", gritando "todos al suelo" y pidiendo los papeles, las cámaras, los móviles y hasta la cartera. Se impone la ley marcial.

3 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


COMPARTIENDO ILUSION
SCHEVI

CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...




ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA, TOQUE DE CANELA ,STAR WARS,

José
Ramón...

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

María, yo tampoco me creo que ese sea el móvil de Rubalcaba. Es la imagen que publica el diario en la noticia. Y seguro que era una intoxicación más de Pedro J. haciendo campaña para influir en el nuevo gobierno.

Saludos.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Jose Ramón, bienvenido al blog. Gracias por el poema. Aquí también tienes tu casa.

Saludos.