Debajo de la explosión de riqueza por el ladrillo, debajo de la burbuja inmobiliaria, solo había miseria.
Con el tiempo hemos comprobado que para el modelo económico no había salida, tal como se estaba gestionando. Y tampoco nuestros dirigentes en Europa nos abren muchas puertas, salvo las de liquidar el estado del bienestar.
Con las medidas que nos preparan los líderes europeos, la próxima felicitación será como la que recoge esta pintada callejera: "Feliz crisis y feliz miedo nuevo"
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