El año pasado os comenté la velada que pasamos viendo a los Arrempuja Teatro, en el Bar Diablo, con la obra Nouveau Cabaclub. Este año han vuelto a amenizar varias cenas en el mismo bar, y el sábado estuvimos disfrutando con su nuevo montaje, Guatempuja. La última sesión del año.
Como el nombre sugiere se trataba de revivir los viejos guateques de los años 60 y 70, con gran sentido del humor, mientras disfrutamos de la cena, en buena compañía. De nuevo, la música, las imitaciones, y los concursos (con las correspondientes sorpresas), son los elementos fundamentales del espectáculo.
Los Arrempuja vuelven a demostrarnos que son un grupo divertido, que arrastra pasiones entres sus seguidores. Cada día más, a tenor del "no hay billetes" que han exhibido en todas sus representaciones.
Hicieron imitaciones de grupos y solistas conocidos, sobre todo por los que tenemos más edad (no pocos de los que había allí): Raphael, Los Pecos, Massiel, Karina, Los bravos, Julio Iglesias, Jeanette, Tony Ronald, Los mismos, Peret, Camilo Sesto... Y nos dejaban comer entre actuación y actuación, con música de aquella época de fondo. Incluso se atrevieron con alguna interpretación con voz en vivo por parte de actores y actrices, dando lo mejor de sí.
El concurso consistió en adivinar títulos de canciones y en cantarlas después (algunas veces, hasta bailarlas). Por ganar nos premiaban con billetes de cien pesetas, de esos que lucían la efigie de Gustavo Adolfo Bécquer. Con ese dinero, al final se compraban unas cajas con los regalos sorpresa en su interior.
El público se implicó de lleno, saliendo a bailar, cantando al mismo tiempo que el elenco, con entusiasmo más que evidente. Todo un éxito más, por la sintonía entre grupo y asistentes, reforzada por lo conocida que era la música con que nos deleitaron. Se ve que el pop de los 60 y 70 sigue teniendo tirón entra nuestras generaciones. Y la nostalgia casa bien con la diversión en nuestros tiempos. Aunque a mí no consiguieron sacarme a bailar, a pesar de que lo intentaron varias veces, pues tenía algo pachucho el estómago.
Para finalizar, el grupo local de música 124 (sonido calle feria), que realizan versiones de rock y pop de los ochenta, hizo que el personal continuase la fiesta hasta la madrugada.
Otro momento divertido gracias a Arrempuja Teatro. Y también gracias a Bar Diablo, un lugar que se ha ganado el favor de sus clientes, por medio de iniciativas como ésta. El año próximo espero que tengamos otro espectáculo más.
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