Jesús Castro y sus ancianos vecinos. Foto de Sánchez Moreno (Diario Córdoba) |
En medio de tantas catástrofes, crisis, enfrentamientos, muertes violentas y otras malas noticias, algunas veces se nos cuela por la ventana una agradable, que nos emociona. En esta semana, en Córdoba, un matrimonio anciano fue salvado de entre las llamas de su piso por un vecino. Oyó los gritos de la asistenta del matrimonio, y en lugar de escapar fuera, como tenía pensado, se fue en busca de los ancianos rescatándoles del incendio. Jesús Castro es un joven pintor en paro, una persona humilde que se jugó la vida para salvar la de sus vecinos mayores. Un héroe, no anónimo, pues tiene nombre y una vida detrás y por delante, sino un héroe humilde, sencillo y no obligado a defender profesionalmente a los demás. Lo ha hecho por instinto y por solidaridad, como lo habría hecho por otras personas. Y le ha salido bien, a pesar de poner su propia vida en peligro. Jesús es un ejemplo para tanto egoísta que puebla nuestro individualista mundo. Para que aprendan que la solidaridad, aunque no sea rentable económicamente, sí lo es humanamente. Así da gusto reconocerse como ser humano. ¡Bravo!
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