Hace unos días fue noticia Joaquín Sabina por no poder terminar un concierto en Madrid. El mismo cantante dio una explicación en el escenario. Dijo: "Hoy, por exceso de ganas de estar bien delante de mi gente de Madrid, me acaba de pasar, llegando a cosas feas, un Pastora Soler". Se refería así al ataque de miedo escénico que sufrió esa cantante no hace mucho. Él, al parecer, había sentido lo mismo ante la responsabilidad de reaparecer en la capital de España. Eso dio lugar a diversas controversias, por el hecho de utilizar el nombre de la cantante, luego aclaradas. ¿Era eso lo que le provocó el ataque de pánico?
Ahora conocemos que sus problemas son también otros. Hacienda le reclama más de 4 millones de euros. Según leemos en las noticias, el cantante tiene con su mujer una sociedad, llamada (curiosamente) Ultramarinos Finos, para gestionar sus ingresos. Es algo corriente en determinados sectores que tienen cuantiosos ingresos. Crean una sociedad entre familiares y de esta manera tributan por los ingresos que obtienen los socios, no como personas físicas, sino como una persona jurídica. El resultado es claro: las sociedades tributan a un tipo impositivo menor que los particulares por los mismos ingresos. Así se ahorran impuestos. Algo que nuestras autoridades fiscales consideran legal.
El caso es que Joaquín Sabina tiene una de estas sociedades, al 50% con su mujer. Y ahora Hacienda piensa que esto puede no ser correcto. Según leemos, el Fisco está poniendo su punto de mira en los artistas (cantantes y actores). Recordemos que Sabina (con otros cantantes y actores) fue del grupo llamado por la derecha "los de la ceja", por haber dado hace años su apoyo a Zapatero públicamente, haciendo el gesto de la ceja. Eran los tiempos del "No a la guerra", que enfrentaron a los intelectuales y artistas con el PP. Y que ahora, gobernando Rajoy, ha dado lugar a las malas relaciones con el gobierno, e incluso la persecución contra el cine o el teatro, como con la subida del IVA para los espectáculos culturales.
Esta persecución se ha trasladado, parece, al campo de los impuestos, y Joaquín Sabina está siendo inspeccionado. Puede que fuese por eso el vahído del cantante en su concierto de Madrid. Debe ser jodido que Hacienda te reclame 4 millones de euros.
Si los debe, su obligación es pagar. No es de recibo que los que ganan mucho evadan sus impuestos, aunque se proclamen de izquierda, de verdad de la buena. Lo sospechoso es que para cantantes y actores Hacienda considere las sociedades antes comentadas como un truco para la evasión fiscal, cuando no lo piensa así para otros personajes. Recordemos la sociedad Famaztella, la que tienen José María Aznar y su mujer, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, con la misma finalidad de gestionar "LA EXPLOTACION DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL DE DONA ANA BOTELLA SERRANO Y DE DON JOSE MARIA AZNAR LOPEZ EN TODAS SUS MANIFESTACIONES, COMO LIBROS, ESCRITOS, DISCURSOS, ALOCUCIONES, CONFERENCIAS Y OTRA ANALOGA". ¿A esta sociedad no la considera una forma de evadir impuestos? ¿Porque no son cantantes y actores? Menudos "artistas" están hechos éstos y los de Hacienda. Aquí huele a chamusquina.
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