Juan Carlos I abdicó el 2 de junio de 2014. Desde el 19 de junio de ese año el Rey de España es su hijo, que accedió al trono con el nombre de Felipe VI. Hace unos días, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, dio orden de retirar un busto de Juan Carlos I del salón de Plenos del ayuntamiento. Se lió la marimorena. Que si ataque a la monarquía, que si Colau se pasa al independentismo, ilegalidad manifiesta, gesto republicanista... un sinfín de reproches se alzaron tras la medida. Y los concejales del PP, para desagravio de la afrenta de la regidora, colocaron un retrato de Felipe VI en el lugar donde estaba el busto de su padre, para hacerse la foto y dar la rueda de prensa de rigor en la línea de los medio críticos con la alcaldesa. Recordaron que en los ayuntamientos se deben respetar los símbolos del Estado (la bandera, el retrato del rey...) y advirtieron que faltaba la imagen del monarca, que, si se quitaba, significaba una muestra de desacato a la ley (concretamente al artículo 85.2 del Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales). Pero olvidaron que la imagen que Colau había mandado retirar es la del antiguo rey, no la del rey actual. Y que esa era la imagen que presidía el salón de plenos... tras más de un año de la abdicación de Juan Carlos y la subida al trono de Felipe. O sea, que el ayuntamiento de Barcelona llevaba más de un año incumpliendo la ley. Y ninguno de los concejales del PP se había dado cuenta hasta ahora. Vaya. Se estarían tocando los huevos, como ha dicho cierto diputado. ¿Ven cómo nos distraen de los verdaderos problemas con minucias nacionalistas? Encima el PP catalán ha nombrado hoy candidato (bueno el PP catalán no, ha sido el mismo Rajoy) al ex alcalde de Badalona, García Albiol, el que se ha distinguido por perseguir inmigrantes, gitanos y otros elementos "molestos". Se acercan tiempos de "batallitas" ¡Gibraltar español!
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