Una de las primeras decisiones del nuevo Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha sido retirar el retrato de Miguel de Unamuno, realizado por Gutiérrez Solana, que había en el despacho del ministerio. Un cuadro que llegó hace trece años (siendo ministra Pilar del Castillo, con Aznar de presidente), desde el Museo Reina Sofía. Sobre gustos no hay nada escrito, por lo que cada uno puede tener su opinión sobre arte, incluso sobre esta pintura de uno de nuestros más afamados expresionistas. Por lo que cada ministro es muy libre de decorar sus dependencias, como mejor le guste, para sentirse cómodo. Pero no parece que la concepción estética sea la razón de esa inmediata retirada, pues desde el ministerio no se ha querido aclarar el motivo. Parece que las razones son otras.
Recordemos que Miguel de Unamuno protagonizó un incidente en Salamanca, en octubre de 1936, siendo rector de la prestigiosa universidad salmantina, en el que tuvo que salir protegido por la misma esposa de Franco, para que una masa enfurecida de falangistas y militares no lo lincharan al atreverse a criticar el levantamiento militar fascista, ante el general Millán-Astray (el fundador de la Legión), al que se había unido antes. Luego fue destituido del cargo universitario, en represalia.
Íñigo Méndez de Vigo nació en el protectorado de Marruecos, en Tetuán, donde su padre, un militar que fue ayudante del mismo general Franco, fue destinado, así que conoce de primera mano el ambiente militar y colonialista que vivieron el dictador y sus más cercanos colaboradores. No es raro que, nada más llegar al ministerio, se quite de encima la "amenazante" figura del pensador de la generación del 98, que tanto desprecio concita entre nacionalistas, ya sean de derechas (como el ministro y el gobierno al que pertenece) o de izquierdas (si es que se puede ser nacionalista de izquierdas). Lástima de esta nueva represalia.
Nadie ha montado ningún escándalo ante este desprecio del intelectual bilbaíno. A diferencia de la polvareda artificial que han levantado los correligionarios del ministro, gracias a determinado periódico, cuando la nueva alcaldesa de Córdoba ha ordenado retirar un crucifijo de las dependencias de la alcaldía. Parece que seguimos sufriendo un estado confesional, a pesar de lo que dispone la Constitución, y los representantes del pueblo no pueden tener su propia concepción religiosa, sino que tienen que tragar una impuesta desde hace siglos y sus símbolos, como parte integrante del Estado. O como el escándalo que montan cuando se cambian nombres de calles en aplicación de la Ley de Memoria Histórica. ¡Menudos sepulcros blanqueados! Pero, como dijo en 1936 Don Miguel en Salamanca: "Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha". Y esto ¿no es reabrir viejas heridas?
2 comentarios:
Me resulta curiosa, además de errónea, esta frase de su entrada: "si es que se puede ser nacionalista de izquierdas". ¿Y que son, sino de izquierdas (y nacionalistas), los asesinos de ETA y sus colaboradores políticos (HB, EH, Bildu, etc.)? ¿Qué es Aralar? ¿Los miembros de ERC, son de derechas? ¿Y los del BNG?
En cuanto al tema del cuadro, ¿no ha pensado en la posibilidad de que al nuevo ministro, a lo mejor, no le gusta Gutiérrez Solana? Decir que, por retirarlo de su lugar, se están abriendo viejas heridas (las de la Guerra Civil, imagino) me parece un poco exagerado... En fin, Serafín...
El nacionalismo es una ideología que pone en primer lugar a la nación, en vez de a las personas. Y se ha basado siempre en conceptos míticos para definir esa idea de "nación", algo por encima de los seres humanos, que les trasciende, que no les pertenece (sino al revés), patrimonio solo de ciertas élites. La izquierda, desde su nacimiento, fue internacionalista, no nacionalista ("¡proletarios de todos los países, uníos!"). Fue el siniestro Stalin el que postuló la idea de "socialismo en un solo país" (en franca contradicción con los postulados marxistas que decían seguir él y los llamados comunistas, para diferenciarse de los socialistas), para defender su dictadura en la atrasada Rusia, y, de paso, justificar su imperio conseguido a base de sojuzgar a los países por donde avanzó el ejército rojo en su lucha contra los ejércitos alemanes durante la II Guerra Mundial (una guerra que ellos conocían como "gran guerra patriótica"). Del stalinismo surge eso que usted llama nacionalismos de izquierda, de partidos de ideología stalinista, que adoptaron la lucha de guerrillas hispanoamericana o las estrategias de los llamados ejércitos de liberación nacional del tercer mundo, que, en realidad no propugnaban una revolución social en sus países, sino la adscripción al antiguo bloque soviético (el imperio), pasando de un régimen colonial a otro. Esto, para mí, es de derechas, por eso pongo en duda que puedan existir nacionalismos de izquierda (que deberían liberar a los seres humanos de su explotación y no cambiarles de explotadores), aunque ellos se definan así. Reconozco que esto es algo subjetivo, pues lo mismo ocurre ahora en España, donde hay quienes, por ejemplo, consideran de izquierda al PSOE y otros no. Pero a las pruebas históricas me remito. No considero de izquierda a quienes hacen del asesinato su acción política ni a quienes cambian un poder más amplio por otro de raíz localista o basado en mitos como la raza, la lengua o la religión.
Me pregunta si no he pensado si al nuevo ministro no le gusta Gutiérrez Solana. Pues sí, claro. Lo digo al principio de mi entrada, y añado que sobre gustos no hay nada escrito. Pero me parece sospechoso que no den ni una sola explicación, aunque sea ésta precisamente. Si fuese así no hubiera escrito nada. Ahora bien, me parece hipócrita montar escándalos artificiales, por ejemplo, como el que describo sobre la nueva alcaldesa de Córdoba y que con este caso se actúe de esta manera, y, repito, sin dar explicación (en el de Córdoba rápidamente salieron con la guerra civil, la quema de conventos, etc). Por supuesto que hay asuntos más importantes sobre los que hablar. Y así lo he hecho en muchas entradas en mi blog. Pero todos somos libres de expresarnos de lo que en un momento dado nos parezca interesante. Seguramente yo no llegaré a tan alta calidad intelectual como la que tiene usted, qué le vamos a hacer. En fin. Gracias por dedicar un minuto a mi humilde blog.
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